miércoles, 17 de junio de 2015

Hasta pronto.

Hoy ha sido una mañana dura, una mañana de despedidas, de lágrimas y de deseos de buena suerte. Hoy no quise salir de la cama cuando sonó el despertador, no por pereza, sino porque sabía que se acababa. 

A las 14:25 daba por finalizada mi FCT y aún no soy consciente de ello. Intenté centrarme en el trabajo y no pensarlo mucho pero nada más llegar al laboratorio se sentía en el ambiente, o quizás fuese yo, que por mucho que intentaba no darle vueltas casi no podía mirar a mis compañeros a la cara porque las lágrimas amenazaban con salir. 

Estos tres últimos meses de mi vida han sido de los mejores. Aún recuerdo aquel 7 de abril, recuerdo a aquella chica nerviosa y que solo quería salir corriendo cuando entró al laboratorio de hematología. Sin embargo no hicieron falta más de dos días para que me sintiese como en casa. 
He sido afortunada porque he dado con gente maravillosa, gente con paciencia y que siempre tenían una sonrisa para regalarte. He de destacar a mi primera compañera, la que me 'acogió' cuando llegué completamente perdida y llena de inseguridades. Esta mujer no solo ha sido una fantástica supervisora, ha sido como una segunda madre, ha reído conmigo y me ha escuchado cuando más lo necesitaba. 
Muchas veces damos por casualidad con gente que a primera vista simplemente van a ser compañeros y al final acaban ganándose un pedacito de tu corazón. 
También quiero destacar la suerte que he tenido con mi compañera de FCT, ambas nos adentrábamos en un terreno desconocido y supongo que al haber estado juntas todo ha sido más sencillo. La he redeescubierto, sabía que era una niña buenísima pero compartir estos tres meses con ella me han hecho ganar a una amiga, de esas que no se olvidan. 

Estos tres meses me han aportado mucho, no solo académicamente hablando, he crecido como persona, he perdido inseguridades, he podido demostrar que me apasiona trabajar en el laboratorio, y lo más importante, he podido demostrarme a mi misma que valgo y que si me propongo algo lo consigo. Los límites me los pongo yo. 

Si quieres, puedes.

Hoy he llorado, intenté aguantar como una valiente pero cuando iba camino de despedirme de mi primera compañera supe que me iba a romper en cuanto la mirase. Creo que la mejor recompensa para ella fue vernos llorar, porque eso significa que hemos estado muy a gusto y que no nos llevamos simplemente unos compañeros, sino unos grandes amigos. Odio las despedidas porque han estado muy presentes en mi vida, pero no es un adiós, es un hasta pronto porque cierro esta puerta y se abre otra, otra que con suerte me vuelva a llevar al laboratorio que me ha hecho mejor persona. 

¡GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS! Gracias por estos meses, gracias por enseñarnos y por aguantarnos. Vital, Inma, Roberto, Onsurbe, Candela, Javier, Mati, Eva, María, Marta, Juani y, especialmente, a mi compi de aventuras Laura, gracias por haber formado parte de mi vida.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias!