sábado, 29 de agosto de 2015

Insomio

Ayer tuve una de esas tantas noches en las que no consigo dormir ni habiéndome matado durante todo el día haciendo deporte.



Anoche mientras frustrada intentaba encontrar el sueño recordé una frase de mi profesor de filosofía al que tengo en alta estima y debo ser de las pocas, al menos en mi grupo.
Recuerdo que dijo que el ser humano no necesitaba pastillas para dormir, que dormir es necesario, que el cuerpo nos lo pide y si no podemos dormir después de haber estado todo el día de un lado para otro debe pasar algo en nuestra cabeza y hay que solucionarlo porque resolver esto con pastillas no es el método natural.
Entonces como no conseguía conciliar el sueño y no tenía nada mejor que hacer me puse a pensar que pasaba. Porque soy un oso cuando duermo, soy de esas a las que si le pillase el fin del mundo dormida ni se enteraría, de esas a las que le entran ganas de llorar porque no puede dormir. Algo pasa. Y pensando, pensando llegué a la respuesta.



Imaginaos la típica escena de dibujos animados en el que el protagonista se pone a barrer el suelo y esconde toda la suciedad bajo la alfombra, pues algo así me ha pasado. He ido escondiendo, escondiendo y escondiendo, hasta que debajo de la alfombra no cabía nada más y me ha explotado en la cara.

Y no, no me refiero a que sea una guarra y no limpie mi habitación en condiciones.

En mi vida hay dos clases de problemas, tipo I y tipo II. Todos se pueden solucionar, sí, pero los de tipo I son esos que es mejor que se resuelvan con el tiempo, porque el tiempo pone a cada uno en su lugar. Son de esos que si intentas hacer algo ahora las consecuencias serán mucho peores que tener el problema en sí, así que con ellos prefiero no hacer nada.
Pero luego nos encontramos con los de tipo II y sorpresa, están relacionados con mi forma de ser o de ver el mundo. No sé si soy yo que me explico mal o simplemente que soy rara.

Estos meses he tenido problemas con gente porque no entienden mi forma de ver la vida, que puede ser que no sea la correcta, no digo que no pero no creo que esa gente intente ponerse en mi lugar.

No me gustan las ataduras, supongo que a nadie pero mucha gente tiene la necesidad de encontrar a alguien con la que planear el resto de su vida, con la que soñar. Porque la soledad asusta, porque lo normal, lo normal es conocer a alguien, estar unos años juntos, mudarse, casarse, tener hijos y envejecer juntos.

Yo me considero una persona independiente y no, no me gusta pensar en mi futuro al lado de otra persona. Para empezar, en mi vida si futuro va unido al nombre de alguien es porque ese alguien es importante para mí, pero que todo se quede ahí, en un posible futuro. Prefiero disfrutar del presente, porque al fin y al cabo nunca puedes saber dónde estarás en un mes, en un año, ni si quiera mañana. Cuando se rompe una relación es una de las cosas en las que más piensas, en todo lo que se había planeado y ya no va a suceder, y duele. Quizás sea un mecanismo de defensa, es miedo y quizás ese miedo a no vivir esa vida que quieres dice mucho más de tus sentimientos hacia una persona que unas cuantas palabras bonitas.

Y ya os digo, que no me guste pensar en el futuro con alguien no significa que no lo quiera. Al igual que dormir es necesario creo que compartir tu vida con alguien también lo es.
Soy de ir poco a poco, sobre seguro, haciendo las cosas bien y disfrutando de cada pequeño detalle que puede aportarme esa persona. Es difícil que juzguen tus sentimientos por no hacer lo que hace la gente habitualmente.

Sé que después de escribir esta entrada no voy a dormir mejor, ni voy a solucionar esos problemas que me traen de cabeza pero te necesitaba. Te necesitaba amigo porque no me das consejos pero me escuchas, porque me aguantas, porque no me llevas la contraria y eso me ayuda un poquito. Estoy tranquila, tengo muchos defectos pero me gusta mi forma de ver la vida, y aunque pueda ser rara o una incomprendida seguiré defendiendo mi punto de vista.


''Pasamos la vida preocupándonos por el futuro, planeándolo, intentando predecirlo. Pensando qué saber, cómo será amortiguar el golpe. Pero el futuro cambia constantemente, el futuro es el hogar de nuestros miedos y de nuestras esperanzas. Pero algo es seguro, cuando por fin se revela el futuro nunca es como lo imaginábamos.''



martes, 25 de agosto de 2015

Basta ya!

Esta no es una entrada como las que suelo escribir habitualmente. Por norma general utilizo el blog para desahogarme o para contar experiencias inolvidables pero esta vez me desvío un poco de la línea que vengo siguiendo desde que inicié el blog. Y aunque esta entrada no hable de mi vida sigue diciendo mucho de mi, o al menos de mi forma de pensar.

Todo ha surgido mientras veía el telediario, en el hablaban de que Hungría estaba cerrando la frontera (término que me enciende cada vez que lo escucho) para que una ola de inmigrantes no pudiese entrar. Esta vez los 140 caracteres de Twitter se me quedan cortos.

Es cierto que la inmigración que viene produciéndose desde hace unos años es difícil de controlar, yo lo entiendo pero escucho/leo comentarios de gente que parece que para lo único que utiliza el corazón es para bombear la sangre, y a veces, cuando me encuentro con mi yo más oscura, deseo que esos corazones dejasen de cumplir esa función.

Creo que una de las virtudes que brilla por su ausencia es la empatía. Y he pensado que quizás escribiéndolo, y si alguien da con esta entrada, puedan ver la realidad desde otro punto de vista que no sea el de 'vienen y nos quitan trabajo, son violentos, traen enfermedades...' y otras barbaridades que he leído. Que al igual que muchos jóvenes españoles emigran buscando trabajo, estas personas emigran buscando la vida que se les ha negado.

Tú, ese al que no le importó que disparasen con pelotas de goma a unos cameruneses que morían ahogados en el intento de encontrar una vida mejor, ese que los discriminas por su color de piel, tú, piensa que te hubiese tocado a ti.

Imagínate por ejemplo nacer en Palestina, ¿dormirías tranquilo sabiendo que de un momento a otro pueden bombardear tu ciudad?
Imagínate por ejemplo nacer en Níger, uno de los países más pobres de África, ¿dormirías tranquilo sin saber si al despertar encontrarás a tu hijo o a tu mujer muertos por no tener alimento que llevarse a la boca?
Imagínate por ejemplo haber nacido en Sierra Leona durante la epidemia de Ébola, ¿dormirías tranquilo sabiendo que vives en un país en el que no hay recursos suficientes para superar ese brote?
Imagínate por ejemplo haber nacido en Nigeria, ¿dormirías tranquilo pensando que pueden secuestrar a tu hija?

¿Podrías dormir?

Dime, si te encontraras en una situación así, donde destruyen tu casa con bombas, donde secuestran a tu hija, donde puedes cruzarte con una célula de unos capullos que solo buscan poder utilizando una violencia extrema, vivir en un país en el que se rompe el orden natural y ves morir de hambre a tus hijos, vivir en un país en el que no hay recursos sanitarios suficientes para curar alguna enfermedad que en cualquier país desarrollado se evita con una simple vacuna, dime, ¿que harías? ¿Te quedarías allí, aceptarías un vida de penurias? Y más importante aún, ¿estarías dispuesto a ofrecerle esa vida a tus hijos?

Vuelvo a repetir que sé que es una situación complicada, pero esas personas que se juegan la vida en el mar, esas personas no tuvieron la oportunidad de elegir donde nacer y esas personas, como tú, como yo, tienen los mismos derechos a llevar una vida medio decente.

Al final esta entrada si que es para desahogarme más que para otra cosa, soy consciente de que hay miles de artículos mucho mejor escritos en páginas web que frecuentan miles de personas. Este es el punto de vista de una ignorante sobre este tema, es mi opinión personal, opinión formada por lo que veo cada día en las distintas redes sociales, es mi opinión como persona. Yo, al igual que ellos, si me encontrase en una situación así lucharía por poder llevar una vida digna.
Gracias por gastar unos minutos conmigo.




lunes, 10 de agosto de 2015

Personas maravillosas

A veces, si tienes suerte, la vida te da segundas oportunidades y hay que aferrarse a ellas como si no hubiese un mañana.
A veces, por no decir siempre, tomamos decisiones que no sabemos a dónde nos llevan pero hay que ser consecuentes y seguir hasta el final salgan bien o no las cosas.
A veces, cuando hacemos algo más raro de lo que la gente considera normal, nos encontramos solos y pocos son los que siguen firmes en sus convicciones.

Supongo que debí haber escrito esta entrada hace mucho. Porque sin merecérmela la vida me dio una segunda oportunidad, porque tomé una decisión y sigo fiel a ella. Porque por una vez en la vida seguí mi instinto que junto a mi cabezonería me llevaron a donde quería pese a que poca gente creyese que podía hacerlo.

Y sí, soy cabezona. Hace relativamente poco me dijeron que cuando tomaba una decisión no me paraba a pensar en otras opciones, y es verdad. Creo que soy una persona muy pasional, muy de actuar en el momento cuando la situación empieza a complicarse. No tomes una decisión en caliente me decían, lo intenté y pensé, pensé muchísimo (quizás demasiado), pros, contras y daños colaterales, pero desde el primer momento supe que haría, porque me conozco y porque es lo que había estado esperando desde hacía mucho.
Probablemente ser tan cabezona me va a dar muchos disgustos en la vida, voy a cometer muchos errores por mi forma de ser y esto es algo que intento cambiar. Pero esta vez me ayudó ser así, y estoy orgullosa de haber seguido mi instinto, de haber luchado por algo que no es lo normal, que no es lo fácil.



A veces damos con personas maravillosas. Personas con las que aprendes constantemente, que hacen que te cuestiones si lo que has defendido hasta ahora es lo correcto, que te cuestiones la vida, que te hacen pensar. Personas que te piden que cambies pero no por ellas, sino por ti. Personas que te dicen la verdad, siente bien o siente mal. Personas que no son rencorosas. Personas responsables, fuertes, aunque tengan sus bajones donde demuestran que son humanos. Personas que inconscientemente dejan huella.

Yo, como ya he dicho, soy una persona cabezona, orgullosa, algo rencorosa y me he equivocado muchas veces. Nunca sabes a ciencia cierta si es el destino o la casualidad, sea lo que sea, ha cruzado mi camino con el de una persona como la que he descrito antes, afortunada yo. Esa persona debería saber lo mucho que la admiro y la valoro, con sus virtudes y defectos, el pack entero me parece perfecto. Gracias por existir permanecer en mi vida pese a todo.

Estoy orgullosa de haber llegado a donde he llegado, lo he pasado mal, y he hecho que personas que me querían lo pasen mal conmigo y les pido perdón.
Pero por fin siento que he cogido las riendas de mi vida y creo que voy en buena dirección.